>EL motor del capitalismo es la estafa

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El motor del capitalismo es la estafa
Como si el planeta entendiese de fronteras, como si la Tierra también fuese corrompible. Como si también a ella se le pudieran comprar sus favores…
Nazaret Castro | sambaytango.blogspot.com | Hoy a las 16:14 | 153 lecturas | 3 comentarios
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Ayer noche, la televisión pública española emitió el documental 
Comprar, tirar, comprar, que se detiene en un fenómeno por todos conocido pero mucho menos comentado de lo que debería: la llamada «obsolescencia programada». O sea, cómo los objetos se fabrican para que duren poco tiempo y así se consuma más.

Todos nos hemos preguntado alguna vez cómo es posible que las camisas que compramos tengan pelotillas a los tres días mientras el jersey que heredé de mi madre sigue como nuevo treinta años después; todos hemos comprobado con sospecha cómo los aparatos electrónicos suelen estropearse al mes siguiente de que se hayan cumplido los dos años de garantía. 

Por lo que se anuncia -aún no lo he visto-, el filme no nos desvela una gran verdad oculta, pero sí aporta pruebas, explica motivos y ofrece el contexto y las consecuencias de ese modo de obrar empresarial que se ha convertido en el motor del sistema capitalista. Para comenzar, las terribles consecuencias para el medio ambiente, porque usar veinticinco bombillas en el tiempo que podríamos usar sólo una, significa veinticinco veces más residuos, veinticinco veces más combustible para transporte, etcétera. 

Y ahí, a la vista de la que está cayendo, ahora que el planeta ya ha comenzado a rebelarse contra nuestro codicioso expolio con las armas más fuertes de las que dispone -las tormentas, los huracanes, los elementos-, ahora que sabemos que el hombre morirá de éxito y de vanidad si no se da cuenta a tiempo de que algo está errado en el modo con que se relaciona con la naturaleza, es cuando este sistema económico y social, este consumismo absurdo, se me antoja todavía más irresponsable. 

Y otra estafa global. Cuando la publicidad que Miguel Brieva retrata con tan buen tino se queda corta para provocar, presionar, forzar al consumo, con esa insaciable llamada a lo novedoso, al ‘gadget’ que es igual que el anterior pero incorpora un mínimo cambio que nos venden como trascendental, queda otro recurso más práctico: fabricar cosas que no durarán más que unos meses, en un mundo en donde reparar ese objeto es casi siempre más caro y más complicado que comprar otro nuevo -y que alguien me intente explicar cuál es la lógica de esto, o cuál sería la lógica si el mundo no estuviera al revés, como le gusta decir a Galeano.

La misma lógica ilógica según la cual traer un tomate del otro lado del océano resulta más barato que comprárselo al horticultor del pueblo de al lado. En fin. Mí no entender, y a estas alturas, ni ganas me quedan.


El ejemplo de la bombilla no es casual. Esta película explica cómo la primera bombilla que Thomas Edison puso a la venta, en 1881, duraba 1.500 horas; unos años después, podían funcionar más de 2.500 horas. Fue en 1924 cuando un cártel de empresas fabricantes europeas y estadounidenses decidió pactar en mil horas el máximo de vida útil de sus bombillas. 

El mismo razonamiento llevó a las empresas del ramo textil a quitar de la circulación las medias a prueba de carreras. El documental, rodado entre Cataluña, Francia, Alemania, Estados Unidos y Ghana, muestra también otra cara de la moneda: los grandes vertederos de residuos que se van acumulando en países como Ghana. En las tierras de los desheredados de la tierra. Allí donde no molestan a quienes provocan esa acumulación ingente de basura. 

Como si el planeta entendiese de fronteras, como si la Tierra también fuese corrompible. Como si también a ella se le pudieran comprar sus favores para garantizar que la furia de la naturaleza no atravesará los muros cada vez más altos, cada vez con más espinas, de la Vieja Europa.

El que no pueda verlo en directo, supongo que la página de RTVE, que siempre tiene alguna cosilla rescatable, lo colgará en estos días. Aquí os coloco también el enlace a la entrevistaque le hicieron a la directora del filme, Cosina Dannoritzer, en el programa de Radio Nacional de España (RNE) Asuntos Propios, que, por cierto, recomiendo al que no lo conozca (cuántas tardes me he reído yo sola con Toni Garrido y su inseparable Tom, el sueco). 

Como mínimo, no hará daño ser consciente de cómo le están tomando a uno el pelo. Y, como consumidores, intentar ponerle un poco de sentido común a esta sinrazón, aunque sea un granito de arena de tamaño minúsculo. Todo suma. Y, a estas alturas, ya sabemos bien que el consumo es un acto político.
 

>Carta de un empleado de un visitador médico recién jubilado

>Carta de un empleado de GSK recién jubilado
Email de Carlos por listas farmacríticxs:

Transcribo literalmente la carta de un empleado de GSK recién jubilado. Un testimonio valiente y con algunos datos y comentarios de interés.


El autor – al que agradecemos muy sinceramente su testimonio – nos ha dado nombre, apellidos y DNI, Si bien nos ha pedido no divulgarlos.




«He dedicado toda mi vida profesional a trabajar para GlaxoSmithKline y he terminado «asqueado» de los medios que utilizan para vender sus cartera de productos y de la hipocresía de sus discursos. Esta empresa tiene una doble moral, me imagino que como otras. Los tiempos han cambiado mucho, y ahora se han vestido de túnicas blancas para esconder de cara a la sociedad los mismos métodos que siempre han utilizado, la mentira, la manipulación y el soborno.


Hace años, todo era «muy descarado», ahora estos mismos hechos se disfrazan con facturas falsas, todo amañado como de si reuniones científicas se tratara, «tenemos que tener las espaldas cubiertas», eran frases frecuentes del Jefe de Zona.


Recuerdo los años dónde se le daba dinero contante y sonante a los médicos porque recetaran, en el 2010, no ha cambiado tanto la cosa, se cumple el dicho de que «hecha la ley, hecha la trampa».


Con el fin de realizar estudios científicos, GSK ha regalado a muchos médicos sin escrúpulos, ordenadores portátiles de última generación, algo realmente atractivo para profesionales que además dicen estar «quemados por la administración», algunos de ellos ahora ostentan cargos administrativos importantes y en su dia, fueron médicos comprados.


Todavía recuerdo aquella sesión plenaria dónde Rodrigo Becker, presidente de GSK, se dirigía a mas de 1000 empleados y hablaba de «tolerancia cero» frente a actos no contemplados en el código ético. Pero luego, hay que enfrentarse a la presión incesante de cubrir los presupuestos de ventas de cada producto. Lo importante es conseguir vender, entre otras cosas, porque si no lo haces, tu puesto de trabajo está seriamente comprometido, y claro, todos tenemos una familia, una hipoteca y necesitamos esos jugosos incentivos para llegar a final de mes. En definitiva, busca la manera de que todo parezca legal, y si no se te ocurre nada, para eso están tus jefes que te darán las pistas de cómo hacer las cosas sin que te pillen y que todo parezca legal.


Cada año recibía mas de 20.000 euros para gastar, eso sin contar aquellas acciones que venían directamente del departamento de marketing, que podían alcanzar los 10000 euros, en definitiva, casi 30000 euros para «invertir» en los médicos de mi zona y conseguir que Seretide, Bonviva, Avidart etc, alcanzasen la cifra de ventas asignada para cada «vendedor», porque así es cómo nos llaman en la empresa, eso de «delegado científico», es una etiqueta de cara a la galería, «somos vendedores», igual que el que vende planchas por los comercios, pero con la diferencia de que quién paga la factura es el estado, osea, todos nosotros.


Cuando habían transcurrido algunos meses y no se gastaba lo suficiente, te daban un tirón de orejas, el dinero había que gastarlo como sea, siempre ha estado muy mal visto, ser el que menos gastaba de tu zona. A veces había que salir a la calle desesperadamente a buscar médicos que dejaran comprar su voluntad.


¿ Como hacerlo y justificarlo legalmente ? Hay muchas formas. La Ley dice que sólo se puede gastar en «formación para los médicos», no hay ningún problema, se gasta en formación.


Podemos regalar libros médicos. Si le compro al médico sobornado, los libros de arquitectura que necesita su hijo para la universidad y en la librería me hacen una factura de un «Harrison», todo se convierte en legal ¿ verdad ?


Si un restaurante amigo me hace una factura de 400 euros como importe de una comida de trabajo con médicos, y GSK me la abona y con este dinero le compro al médico una bicicleta de montaña, todo se convierte en legal ¿no?


Si compro un talonario de «bancohotel» para asistir a un Congreso Médico y el galeno se va con quién el quiera a un balneario a relajarse, todo legal ¿no?


Si le pago a un médico unos honorarios por una conferencia que supuestamente ha dado a sus compañeros del centro de salud, todo legal ¿no?, incluso de cara a hacienda, con su retención de irpf y todo.


Podía relatar muchas mas cosas, pero ustedes creo que ya me entienden, hecha la ley, hecha la trampa.


Quiero romper una lanza en favor de la clase médica decente, pues afortunadamente, la mayoría son auténticos profesionales y no entran en este juego, pero comprendo que a veces es dificil resistirse a que te pongan a diario una bandeja de carmelos y no cojer uno.


No digamos nada de la información que a diario se le proporciona a la clase médica. En nuestra reuniones se analizaban minuciosamente los estudios clínicos, había muchos que nos negabamos a entregar porque dejaban en entredicho la eficacia y seguridad de los fármacos. Aún recuerdo el caso «Avandia», teníamos la sensación de vender «humo», y el tiempo ha puesto el producto en su sitio, es sabido por los medios de comunicación, que Glaxo ocultó información vital sobre la seguridad del producto.


GlaxoSmithKline fué uno de los impulsores de la puesta en práctica del código ético. No tuvo mas remedio después del escándalo que surgió en Italia en 2004, dónde se le acusó de sobornar a mas de 4000 médicos. Saltaron las alarmas, pues lo que se hacía en Italia, se hacía igualmente en España, había que cortar por lo sano, pero lo que ocurre es con con las manos vacías es muy dificil «vender», gastemos el dinero de manera que todo parezca ético.


Al margen de esto, GSK, empresa que quiere ser modelo de austeridad y estar limpia de cualquier sospecha, salta cada día a la palestra por hechos muy graves. Reciéntemente en los medios de comunicación se informaba de los lazos financieros que unían a algunos expertos de la OMS con esta multinacional que facturó millones de libras con la vacuna de la gripe A.


En las semanas pasadas pagó mas de 700 millones de dólares de multa por fabricar medicamentos adulterados. Son también varios los casos dónde se le ha relacionado con experimentos y muertes en niños por poner en marcha estudios clinicos con vacunas infantiles. Tan sólo basta con hacer una simple búsqueda en google y nos enteraríamos de la misa la mitad.


El visitador médico es una «victima» de esta maquinaria tan poderosa. Son padres y madres de familia que tienen que comer, la gran mayoría de ellos licenciados en farmacia, química, biología etc, que la única salida laboral a su carrera universitaria que han tenido ha sido esta, que por otro lado suele estar muy bien pagada. Pocos pensarían cuando se preparaban los difíciles exámenes de su licenciatura, que terminarían siendo meros papagayos, repitiendo dia a dia un guión diseñado milímetro a milímetro para conseguir que el médico prescriba sus productos, pero una vez que se entra, es dificil salir, pues te quedas descolgado de tu verdadera profesión y no encuentras otro camino, a pesar de que tu psiquis termine machacado por tanta presión, por tanta amenaza.


Espero que os resulte interesante esta reflexión para vuestro blog…»
Publicado por farmacriticona en 21:27